miércoles, 1 de diciembre de 2010

Otro ensayo sobre el tema

Capital Cultural
Por Rodrigo Alarid


El capital cultural definido por Bourdieu se presenta bajo tres formas distintas:
Una forma incorporada: es el habitus cultural. Se construye por la socialización sucesiva y comprendida por la sucesiva socialización y comprendiendo por ejemplo la soltura social y la capacidad para expresarse en público.
Una forma objetivada: son los bienes culturales (libros, cuadros, discos...) Para apropiarse de un bien cultural, es necesario ser portador del habitus cultural.
Una forma institucionalizada: son los títulos escolares. Un título escolar se evalúa bajo un mercado, el de los títulos escolares. Su valor es relativo y depende de su posición en el seno de la escala relativa de los títulos escolares. Es el valor de un título que permite beneficiarse, por ejemplo, bajo el mercado de trabajo o bajo el mercado de los productos de bienes culturales
el acervo de valores que tiene cada sociedad Es claro que toda sociedad fundamenta su estructura en un grupo de valores y que estos hacen la diferencia con otras sociedades.

Primero, definamos que es un valor. Valor es toda actitud socialmente aceptada que regula el comportamiento de las personas frente a su comunidad. Estas actitudes son comunitariamente aceptadas. En el contexto filosófico, la agrupación de valores - acervo, como preferimos llamarlo - es denominada moral, que es muy diferente de la ética. Según Kierkegard, "La Ética es la reflexión filosófica acerca de la moral" es decir, que la moral es el grupo de valores de una sociedad y la ética es la reflexión que cada persona hace de estos valores. Esto es más claro si lo ejemplificamos: sabemos que en Venezuela, la el derecho a la vida es un valor que todo el país reconoce como tal, pero algunos ciudadanos creen que la eutanasia es una opción válida para el final de su vida.
Cultura Material
La cultura material es aquella en la que las relaciones humanas e interpersonales no son importantes solo lo son el dinero y lo que puedas comprar con el .
Concepto de cultura material.
El planteamiento de la primacía de la fuente material concebida como testimonio por sí mismo suficientemente objetivo y exhaustivo de la realidad está bastante arraigado en la arqueología industrial y responde a dos procesos distintos: por un lado la preocupación por los restos físicos, es lo que ha primado en los comienzos de la disciplina por las exigencias prácticas de su censo; lo que llevó al uso de las técnicas de los arqueólogos y que éstas acabaran por determinar la investigación, llegándose a caracterizar más por la metodología que por la finalidad del estudio. Pero además se basa también en argumentaciones teóricas como por ejemplo algunos consideran más objetivas las fuentes materiales que las escritas, que son generalmente de segunda mano, y por tanto más subjetivas como afirma el arqueólogo Andrea Carandini o los franceses Ph. Bruneau y P. I. Balut que consideran que el uso de fuentes escritas desvirtúa el trabajo de la arqueología industrial al acercarla a la investigación histórica más tradicional.
Esa visión responde, en realidad, a un proceso más profundo, a un intento de “des jerarquización”, de romper la visión tradicional jerarquizada de la realidad, que se corresponde a la primacía de las fuentes escritas en la historiografía tradicional, que en el caso italiano siguiendo a Antonello Negri estaba dominado por “la ideología de la obra maestra”, es decir la separación de determinados aspectos de la realidad de su contexto, por ser considerados únicos, irrepetibles, superiores en definitiva . A esa concepción Andrea Carandini le opone el concepto de cultura material, que “tiene como punto de partida el método de trabajo de la arqueología –que no hace distinción entre sus descubrimientos basándose en criterios de valoración de tipo estético- para sostener la necesidad de una generalización del estudio del contexto respecto al estudio del caso. O sea de los monumentos individuales que se consideran de particular importancia estética.” . De esa manera se inclina a mirar con el mismo interés aquellos objetos considerados habitualmente producto del ingenio del hombre (como las obras maestras en el campo de las artes) y las obras anónimas, “construcciones y espacios de la realidad cotidiana, de la vida común y de la común experiencia estética de millones de personas” .

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